viernes, 30 de abril de 2010

Liza Lou , una Gaudí en la cocina






Liza Lou , una Gaudí en la cocina




De infinita paciencia e imaginación se podría calificar el trabajo de Liza Lou, y de peculiar y altamente imaginativo también, porqué no. Porque, habeis de saber que, aparte del impacto visual que puedan tener o no sus imágenes cocineriles , lo más curioso de ellas es que están hechas completamente a base de perlitas y cuentas de vidrio adheridos y entretejidos con alambre y pegamento sobre formas de papel maché. No en vano se la conoce también como " La Reina de las perlitas" Su obra , más que pictórica, podría calificarse de escultórica, bordeando casi casi el espectáculo o incluso el interiorismo escenográfico.

Placas murales, a modo de de habitaciones, cocinas, patios traseros, remolques... nada escapa a la imaginación cuasi caleidoscópica de esta mujer que perfectamente podría recordarnos a Gaudí o Klimt en sus trabajos.

Nacida en Nueva York en 1969, su primer impacto mundial llegó cuando, en 1996, presentó al gran público su obra "Cocina", que le llevó hacer la friolera de ni más ni menos que 5 años. Y es que cubrir una cocina , por entero, a base de pinzas y cuentecicas de cristal : tiene tela! Y no conforme con haber cubierto de cuentas, hasta los platos del fregadero... en 1999 , remató la faena con su obra" El huerto", en el que para cubrir todas y cada una de las briznas de hierba ( ni mas ni menos que 250.000), utilizó más de 3 millones de cuentas, traídas de la Republica Checa.

Criticada a menudo, tachada de obsesiva, calificada como vendedora de artículos de joyería o baratijas de segunda mano... y no siendo considerada como "una artista de verdad" , lo cierto es que , sea como fuere, en 2002 le fue concecida la beca para genios que otorga la Fundación MacArthur, y que calló la boca a más de 1 .











































Especiales gracias a Klimtbalan, por el chivatazo de esta autora, a mi correo personal . Gracias ^_^

miércoles, 28 de abril de 2010

Marie y la coliflor

Imagen: Pavel Lazarev


Marie y la coliflor


"Mon pauvre mari se retourna et dit: Tu as peur? Que tu es bête.
Ce sont des rats. Douce encore" *

*Mi pobre marido se da la vuelta y dice: ¿Que estás asustada? Estás tonta .
Sólo son ratas . Doce




Cuando Marie me hubo contado esto, me quedé pensativa y las palabras seguían su murmullo en mi mente, algo había turbado la superficie, desde largo tiempo silenciosa y olvidada. ¿Cuántas eran las frases de aquel hombre que habían dejado su recuerdo? ¿Había alguien que repitiera sus palabras vivas, las que él había dicho? "Tu as peur? Que tu es bête?" palabras pronunciadas por la noche, en la oscuridad, extrañamente íntimas, tranquilizadoras; mientras en la tumba su marido se volvía y reincorporaba mientras Marie hablaba. Triste, triste... "¿Y si comiéramos una coliflor?" le dije, "una coliflor con salsa blanca" "Pero ¡están tan caras, Madame! gimió Marie, ¡Tan caras! una coliflor pequeñísima, dos francos cincuenta. Es un robo, es... De repente , por la ventana de la cocina vi la luna. Era una tal maravilla que salí, atravesé el jardín y me apoyé en la verja, sin darme cuenta de lo que estaba haciendo. El frío de los barrotes me detuvo. Era luna llena, transparente y brillante. Estaba suspendida encima del mar que suspiraba. Me qué mucho rato mirándola. Luego me volví, y vi la casita, una casita blanca palpitante de luz, una casa como una vela que brilla detrás de una rama tenue de mimosa. Mientras trataba de combinar la comida , había olvidado completamente todo esto. Volví a la cocina.
"Comeremos coliflor, al precio que sea", le dije resuelta.
Y Marie refunfuñó enima de una cacerola. ¿Habría siquiera comprendido?...

"Efectivamente", dije " Hay de qué asustarse"



Nota * *La autora juega en este texto con un paralelismo al asociar "mari= marido ( de Marie) " y Marie= nombre de su criada".

Y también es importante reseñar que el texto está extraído de su diario, por el que sabemos que por aquellas fechas K. Mansfield había sido diagnosticada de una enfermedad terminal .


Katherine Mansfield
Diarios

domingo, 25 de abril de 2010

Las extrañas cafeteras de Boris Indikrov




Las extrañas cafeteras de Boris Indikrov



Nacido en Leningrado en 1967, Boris Indrikov actualmente vive en Moscú.

De peculiarísimo y sinuoso estilo que él gusta de calificar como Realismo mágio , ha trabajado como ilustrador para revistas científicas y es miembro activo del colectivo artístico ruso , así como de la federación de artistas de la UNESCO .
Pero Boris Indrikov no sólo se limita a pintar o a ilustrar, sus diseños gráficos así como prototipos de extrañas formas en plástico realmente son dignos de ver.











Si te gusta su personalísimo estilo puedes ver más en su WEB

miércoles, 21 de abril de 2010

Pipas Churruca, o la heróica artesanía




Pipas Churruca, o la heróica artesanía




Os acordais de las pipas Churruca, tan habituales de nuestra infancia?

Ah, ¡ qué habría sido de muchos kioskos -sí de esos de periódicos- mucho antes de que surgieran las tiendas específicas de chuches y frutos secos, sin ellas!

Yo ... lo confieso!

Junto a aquel simpárico careto de un chef gordinflón y calvorota que se relamía bajo el gorro cocinero... y metiéndole mano con total descaro , pasé mil y unas horas de mi infancia y adolescencia concupiscente.

Sí, mi pasión por las pipas , absolutamente irreflenable , comenzó junto a aquella bolsita alargada que se acababa tan pronto. Y no porque la bolsita en sí fuera pequeña, no, ( que las había de varios tamaños) sino porque una, verá usté, siente auténtica pasión por los frutos tostados del girasol.

Ahora, directamente las tengo que comprar ( casi por kilos) a granel en las tiendas de chuches... pero entonces, en aquellos tiempos de Maricastaña ... yo creo que el quiosquero de mi barrio me tenía tal simpatía porque su sueldo salía directamente de mi cartera... Estoy convencida.

¡¿Que no?!

La cuestión es que la historia de esta famosa y casi emblemática marca es curiosa y entrañable. Y ahora que yo voy a emprender mi carrera como empresaria artesanal , no he podido por menos que sonreirme al leerla ; así que os la cuento.


... Hay que ver a dónde se puede llegar empezando tan de poco a poco. Vaya esto como aviso a navegantes, por quien lo pudiera necesitar...

Iniciada en 1932, como actividad complementaria por el matrimonio López Lluch, que en realidad tenía una carnicería, resulta que por lo visto quisieron sacarse unas perrillas extra.

Dicho y hecho!, no se les ocurrió otra que empezar a tostar cacahuetes e ir vendiéndoselos a sus vecinos del barrio, a la puerta de casa . La del matrimonio, se entiende.

Y se ve que la cosa gustó, pues tras el tostamiento de cacahuetes llegó el de pipas, amén de -posteriormente- el de otros frutos secos , kikos blanditos y gigantes, incluídos. En los que también fue pionera.

Total que , entre especias y frutos secos, y tras algunas décadas de andar vendiéndoselas también a los turistas playeros , que se las llevaban incluso a su tierra, se dieron cuenta de que el negocio pipero les salía francamente rentable . Tanto que optaron por él y decidieron darle una forma comercial.

Pipas Churruca se adivinaba ya en el horizonte.

Pero, en contra de lo que muchos podríais pensar, resulta que el nombre , Churruca , tan eufónico él, y tan sonoramente conocido, no es el nombre de la familia ... qué va!

Efectivamente!, los más avispadillos y que habeis asociado el nombre con aquel otro tan famoso, el del héroe de la Batalla de Trafalgar, Cosme Damián Churruca (en la imagen), habeis acertado . El porqué de la elección no lo sé. Pero lo que sí sé es que en un principio las bolsitas llevaban impresa la imagen del busto del marinero vasco.

Luego, años después la marca optaría por otra , que es la que conocimos y conocemos, y a la que yo hacía referencia al principio.

La de Tito, el simpático cocinerete que se rechupetea y que , graciosamente nos cuenta el propio diseñador y para más inri hijo del matrimonio, Luís López Lluch : "La marca la registró mi padre, pero el logotipo del cocinero al principio era una cabecita de cerdo. Él hacía productos para carnicería, especias. Con 14 años, yo empecé a cambiar la fisonomía de la cabecita de cerdo por el cocinero. Así apareció el logotipo de Churruca”

Curioso , no?

Actualmente, la marca a vuelto a pasar a manos de Luis López Lluch, tras 17 años de pleitos con su propio hermano y heredero al 50%, al que acusaba de competencia desleal. Sea como sea, la cuestión es que Pipas Churruca es sin duda -en España- la marca más veterana en cuanto a pipas, maíz tostado y frutos secos envasados se refiere.

Vaya pues hoy desde aquí mi reconocimiento, por haberme hecho tan feliz durante tantos años de mi vida

domingo, 18 de abril de 2010

Gelu, media naranja amarga


imagen: Vania Elettra Tam


Gelu, media naranja amarga


Le hice una tarta de manzana con la receta que me dio su madre y que era mucho más enrevesada que la que yo utilizaba habitualmente y que había recortado de una revista de moda en la peluquería. Y no le puse arsénico porque no tenía y me daba un poco de corte llamar a la puerta de la vecina y preguntarle: "¿No tendrá usted un poco de arsénico por ahí? Es que se me olvidó traer cuando fui a la compra." Entre otras cosas, porque además no tengo vecinas. En el apartamento de al lado vive un señor muy mayor, odioso y gruñón, en el de arriba tres chicos jóvenes y estudiantes -eso dicen- que ponen constantemente discos de Eros Ramazozoti, cosa extrañísima, y en el de abajo un travesti: por la mañana te lo encuentras y es un tipo en chándal, basto y hortera como todos los demás del barrio, y por la noche es una tía con taconazos y melena rojiza pintada como una puerta. Debe ganar un pastón porque en el súper sólo pide solomillo de lomo ibérico, a ocho mil el kilo.
En las noticias salen casos de mujeres que meten veneno en la comida que le dan a sus maridos, un poquito cada vez, hasta que la palman. Yo no me apunto a ese sistema. Prefiero hacerlo de una vez. Un trocito de tarta trufada con cicuta y ¡hala! al velatorio directamente. Otras veces pienso que mejor aún es la asfixia. Cuando veo a Eusebio dormido en el sillón frente al televisor que retransmite uno de los ochocientos mil quinientos partidos de fútbol, no pienso "qué mono y pacífico está dormido". No. Pienso: "Qué fácil sería ponerle una bolsa de la basura en la cabeza y atársela al cuello con ocho vueltas de cinta aislante, así su cabeza quedaría en el sitio justo :la bolsa de la basura". Lo malo es -por eso no me atrevo a hacerlo, no por otra cosa- que no sé cómo sujetarle las manos y evitar que me estrangule -o peor- que se quite la bolsa él mismo.


Por las mañanas le oigo silbar en el cuarto de baño mientras se afeita. Yo estoy cortando rebanadas de pan para tostar con un cuhillo largo de sierra. Siempre silba Bésame mucho, haciendo trinos y florituras, y me pongo enferma de verdad, tengo que luchar contra el cuchillo que se quiere ir solo a rebanarle el pescuezo de uno o varios tajos, que los cuchillos de sierra dan mucho juego.

Pienso constantemente en miles de maneras de acabar con Eusebio. Al principio me regañaba a mí misma y me decía :"Por dios, qué burra soy, qué mala persona, y además, verás como se entere Eusebio que planeas matarle". Y conseguía pensar en otra cosa, y me distraía yendo a las rebajas de Simago y comprándome tres pares de medias por el precio de uno y barras de labios caducadas.

Poco a poco, me fui dando cuenta de que Eusebio no tenía ni idea de lo que pasaba por mi cabeza. Así que pensaba en asesinarle sin frenarme, incluso delante de él. A todas horas.

Ha llegado a ser mi pasatiempo favorito.




Carmen Rico-Godoy
Cortados, solos y con (mala) leche


domingo, 11 de abril de 2010

Le bouillon Chartier, un icono obrero



Le bouillon Chartier, un icono obrero

Faubourg Montmartre,7



Tras varios días "desaparecida", currando a lomo caliente, hoy regreso con algo peculiar y que me va que ni pintado.


Hoy quiero hablaros del primer restaurante específico para obreros.

¿Su nombre, dices? Le bouillon Chartier

Y que ¿dónde está?, pues ni más ni menos que en Montmartre.

Pero espera , espera que ahora te cuento más.
.
Abierto al público por primera vez en l890 en mitad del barullo y traqueteo propios de la zona obrera de Montmatre, el Bouillon Chartier, en un principio "Le buillon" ("El caldo") es uno de los iconos parisinos que uno no puede perderse si te gusta esto de saber de dónde provienen las cosas.

Imagen: Marko Stupar


En un París bullicioso y en pleno crecimiento, en el que las fábricas estaban por doquier, y en plena época del Art Nouveau, si sin duda hacía falta algo era un lugar de comidas donde toda aquella gente trabajadora pudiera acudir a darse un pequeño respiro a medio día y, claro, ya que estamos: comer por un módico precio, que la cosa está mú achuchá, mire usté, y no estoy pá gastos...

Dicho y hecho!, sólo había que pedirlo, hombre.

Siguiendo la idea inventada en 1860 por el carnicero Pierre-Louis Duval de crear una serie de garitos, con perdón, que diesen comida caliente (un filete y un caldo) a buen precio a los obreros de la zona del mercado (y que tras su número 200 de caldo se convirtieron en toda una serie de cadena de restaurantes para obreros, llamados siempre así "Bouillons"), antes de eso, como digo, Camille y Edouard Chartier se sacaron de la manga un lugar que daba justamente eso.

Pero además tenía algo más... Una decoración típica del momento que ha mantenido al lugar como lugar de visita y símbolo-icono de la Belle Epoque.
Porque... sería para obreros sí, y barato, también... pero a todo el mundo le gusta estar en un lugar con clase, ¿no? ¡He ahí el quid del acierto!


Columnas de hierro que encantarían al mismísimo Eiffel, paredes forradas de madera, enormes espejos y grandes globos de iluminación ambarina hacen del Buillon Chartier, sus dos plantas, sus techos de vidrieras de cristal y su enorme sala con capacidad para más de 300 personas ,




con mesas ancladas al suelo gracias a sus patas de forja y rodeadas de sillas de madera, un lugar inolvidable, aunque se acceda a él, eso sí, desde un lugar que podría pasarnos desapercibido a simple vista, pues es un patio de efificio ,mondo y lirondo -aunque con encanto- en plena calle.



Ataviados con el traje original de impecable delantal blanco y chaleco negro llenito de bolsillos , circulando a toda velocidad (los camareros, no el chaleco) entre el barullo mientras le dan esquinazo al antiguo mueble de cajones numerados donde los propios obreros , antiguamente y cuando eran asiduos, iban a coger y dejar sus servilletas, sus camareros traen y llevan con salero las sopas y caldos típicos del restaurante (a saber: el famoso buillon era un caldo de verduras y carne) casi casi antes de que plantifiques tus reverendas posaderas en el asiento en un restaurante que, ojo al dato: no tiene Reservas.

Tu llegas y haces cola, como todo quisqui obrero que se precie, sin favoritismos.
.
Quien primero llega, antes se sienta, eso sí, siempre que llegues antes de las 22:00, que es cuando dan carpetazo.

La comida en sí no tiene florituras, son platos típicos y sencillos, pero bien preparados que suelen abrir con el famosos caldo y terminar por ejemplo con unos Babas al ron con chantilli , tan típicos parisinos ( lo que nosotros conocemos aquí vulgarmente como: borrachitos)
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Pero aún con todo, el lugar es un emblema, y conviene visitarlo

Así que ya sabes, si estás pensando ir a darte un voltio por los parises , igual el Bouillon Chartier podría ser un lugar que acercarse a visitar.