viernes, 20 de febrero de 2009

El tenedor; ese imprescindible



El tenedor; ese imprescindible



Todos sabemos hoy en día lo que es un tenedor, pero -y aunque cueste creerlo- es : digamos un "invento" ... reciente.

Desde tiempos primitivos en que los hombres usaran algún palo puntiagudo para coger trozos de carne del fuego, a épocas de griegos y/o romanos , no se conocía el tenedor . Se empleaba -y sólo en los grandes banquetes- una especie de punzones de oro o plata para tomar los pedazos muy pequeños de carne , pescado o frutas . En general, la comida se despedazaba y se llevaba a la boca con las manos, si bien los alimentos , antes de ser servidos, eran preparados por un esclavo que previamente los cortaba en pequeñas porciones.
Y aunque en la Biblia y también en la Odisea, Homero describe un utensilio similar a un tenedor, con cinco dientes , el primer uso documentado en Europa de un tenedor con dientes alrededor de la mesa fue del siglo XI, concretamente en Venecia .


A decir verdad, podríamos decir que el tenedor llegó a nosotros desde Constantinopla a principios del siglo XI de la mano de Teodora, hija del emperador de Bizancio Constantino Ducas, que lo llevó a Venecia (pues en Bizancio sí se usaba) al contraer matrimonio con Domenico Selvo, Dux de aquella república.

Fue ella la primera en asombrar a los venecianos con su refinamiento al emplear el -hasta entonces para ellos- desconocido tenedor: uno de dos púas y de oro con el cual -eso sí- sus eunucos le presentaban directamente en la boca los bocados que habían trinchado , y que le hizo ganarse el ser tachada por sus contemporáneos, por esta y otras refinadas maneras orientales, como escandalosa y reprobable. Sin embargo ella , erre que erre, lo utilizaba: hasta para rascarse la espalda.

Total , que el uso del tenedor en esta época se tenía por artilugio demoníaco , y más a partir de que San Pedro Damián amonestara a Teodora desde el púlpito por haber importado una moda no apta para buenos cristianos ; "instrumentum diaboli " lo llamaba él . A aquel rechazo religioso se sumó el social y el político , y para más inri la gente pensaba que era difícil y además "una tortura".

Tendrían que pasar casi 300 años para que la practicidad del chirimbolo acabara impusiéndose a tantas amonestaciones . Pero antes...


Tuvo que ser gracias a un viaje de Carlos V de Francia (1338-1380) que, tras emplearlo en Venecia ,intentara llevarlo a Francia . Pero la fama de cursi de la famosa Teodora no fue nada en comparación con la que se ganó el rey Carlos V intentando convencer a sus conciudadanos de la utilidad del tenedor. Las sospechas de homosexualidad que flotaban sobre él y sus mignons, llevaron a asociar nuevamente el uso del artilugio con un objeto caprichoso propio de personas "raritas".

También Catalina de Médicis hizo una intentona al contraer matrimonio con Enrique II, pero eso de que cada invitado llegara a la cena con sus propios tenedor y cuchara en una caja llamada "cadena"... acabó haciendo que los franceses la tacharan de licenciosa. Así que , tras diversos avatares, no sería hasta el siglo XVI que, Enrique III (1551-1589) (imagen) , volviera a la carga con una nueva probatina añadiendo eso sí : un primer código de buenas maneras para los comensales -que por lo visto eran un hazmerreír pues ,al no apañárselas bien, todo el rato dejaban caer al suelo la comida. Total que entre unas cosas y otras , incluída la fama de homosexuales que tenían tanto el rey como sus inmediatos cortesanos, hicieron que el tenedor pareciera de nuevo un chisme abominable .
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Hoy, visto desde la distancia, está claro que el rechazo que tuvo el tenedor durante siglos obedecía más a una inhabilidad de los comensales que a otra cosa ... Pero como decía aquel : "Quien la sigue , la consigue" .

A principio del siglo XVII un viajero inglés, Thomas Coryate, escribía en su diario:
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"Los italianos se sirven siempre de un pequeño instrumento para comer y tocar la carne. La persona que en Italia toca la carne con los dedos ofende las reglas de la buena educación y es mirada con sospecha y criticada. Se come así en toda Italia . Los tenedores son de hierro o acero, y los nobles usan muy a menudo tenedores de plata. Es una cosa extraña que no se pueda convencer a un Italiano de comer con las manos. Y yo he adoptado esta costumbre y la conservo incluso en Inglaterra. Pero mis amigos se burlan de mí, y me llaman "Furcifer" .

(Mr. Coryate . Inglaterra . Octubre de 1609)


Y de hecho, la manera de utilizar el tenedor será un misterio conocido sólo por unos pocos hasta bien entrado el siglo XVIII. Joseph Brasbridge, un fabricante de objetos de plata, escribía : "sé cómo vender estos artículos, pero no cómo usarlos".

Poco a poco los tenedores fueron teniendo paulatinamente dos, tres y cuatro dientes , pero lo más gracioso es que no en todos los países eran igual ; según E. Briffault en su "París a la mesa" 1846:

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"El tenedor de dos dientes se emplea en el norte de Europa. En Inglaterra están armados de un tridente de acero con mango de marfil: el tenedor de tres dientes. Y en Francia - colmo de la civilización- estaba por fin el tenedor de cuatro dientes"


Tendría que ser Gennaro Spadaccini y bajo las órdenes de Ferdinando II de las Dos Sicilias (imagen) quien hacia 1800 y pico incorporase la cuarta punta y las redondease, adaptándolo así, ¡como no! para poder comer pasta, de la que el rey era tan forofo, pero que -aborreciendo tener que ser visto ayudándose con las manos- la comía a escondidas renunciando a ella en los banquetes oficiales.

También en España, y desde el siglo XIV , se conocía una especie de utensilio parecido, llamado broca, si bien es verdad que sólo se empleaba para trinchar carnes . Pero el tenedor como tal no empezaría a usarse aquí hasta el siglo XVII , de la mano de Felipe III (imagen) y de su valido el duque de Lerma . Tenía dos púas , eso sí, , era plano y se le llamó horqueta .

Aquí el uso del tenedor no se difundió hasta el siglo XVIII; de hecho, lo que es el tenedor tal como lo conocemos hoy NO se generaliza hasta el siglo XIX , en Barcelona , que fue la primera en crear una industria fabricante de los dichosos chirimbolos.


¡ Por dios , qué Odisea !

..Y pensar que hoy día nos parece tan sencillo...



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9 comentarios:

Elvira dijo...

Algunos de los antiguos tenedores (preciosos, por cierto) que muestras aquí me parecen un peligro para la boca. ¡Deben pinchar muchísimo! Gracias por la historia y muchos besos.

Malone dijo...

genial entrada!! parece mentira,la verdad que costara tanto
un beso,femme

Manolo dijo...

Ilustrativa y curiosa entrada, Femme, como todas las tuyas.Siento tener que decirte que es "imponiéndose" no "impusiéndose", pero bueno es pecata minuta.
Besos.

María dijo...

Madre mia!!! qué historia para un tenedor. Interesante entrada femme.
Un beso y buen finde

Marina dijo...

....Joer y yo intentando que mis alumnos pelen bien un plátano.... si se enteran de lo del tenedor, vamos a tener problemas....mejor no les decimos nada de esto a los niños ¿eh?, ¿oiga?

Así me gusta, que estemos de acuerdo.

Remuakakakakakakakaakakakaak

Marina dijo...

Por cierto leiste la Nana que te dejé algunos post más abajo?

Anónimo dijo...

Efectivamente, Elvira. Digamos que... cuando ,vez tras vez ,echaban abajo el invento: algo de razón tenían. Debían de llevarse cada pinchazo que para qué; no me extraña que lo creyeran peligroso y más si pensamos en que era una época en la que ni había penicilina ni métodos para curar una infección por la que por menos de ná podrían acabar en el otro barrio...

Un besote
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Sí, a menudo pasa eso cuando vemos un invento ya perfeccionado; pensamos: pero si estaba claro que tenía que ser así, ¿cómo no nos dimos cuenta antes?

^_^ Un beso, Malone
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Ah, porras!, Manolo, TIENES TODA LA RAZÓN, se me coló el gazapo, GRACIAS POR DECÍRMELO, MIL GRACIAS, AHORA MISMITO LO CAMBIO

Gracias

Un beso ^_^
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Jajaja, María, la verdad que visto desde nuestra distancia parece difícil de creer, verdad?

Un beso y buen finde

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No , no les digas nada... Total ahora ya está perfeccionado y no pincha tanto si se sabe manejar.... Lo mejor es Ni pensar en lo que hay. Cuando las cosas no se piensan es como si no existieran, y por consiguiente tampoco los daños ni repercusiones. Es como caminar por el abismo, mejor no mirar hacia abajo, mejor pensar que existe el suelo. En una de estas: hasta se crea un suelo y todo! ^_^


Ahhhhhhhhhhhhhhhh, porras!, mil perdones... Ando correteando estos días y se me traspapeló ese post, ahora lo ví que estaba sin responder. Perdóoooooooooon, pobrecica mía, aún encima que me hace una nana y todooo, jejejje PERDÓN PERDÓN PERDÓN

Ahora mismo voy pa´allá

Mil besos, Marina ^_^

Roberto Antonio Wagner dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
el Kontra dijo...

Fabuloso post, quien iba a decir que un simple tenedor tenga semejante historia. Besos.