
Napoleòn Bonaparte , la vida en conserva
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Pues sí, no me pienses majadera , que es que resulta que : las latas de sardinas que tantísimo nos gustan son poco menos que un invento suyo .
¡Qué me cuentas!
No ,no tanto, pero sí que gracias a él se difundieron como método eficaz para la alimentación .
No, si no me extraña que el buen hombre se pusiera él mismo la corona...¡ como para no hacerlo!
Y es que, ya antes de que perdiera la batalla de Waterloo, sí aquella que cantaran los Abba, y mucho antes de que persiguiera por los pasillos a Josefina y su escote; mucho antes de todo aquello... Napoleón se hizo aficionado a los pucheros.
Lo que le gustaba a este hombre disfrutar de una salsa es sólo algo que él sabe, claro, pero lo que sí se sabe es que disfrutaba tanto "untando" que , en más de una ocasión, tuvo que llamar apresuradamente a su mayordomo Constant para que le trajera ropa nueva, no fuera a ser que el personal le viera llenito de lamparones , que no es plan.
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Y es que claro, con los cocineros tan magistrales que tenía trabajando para sí, no es de extrañar que ""untara"", no...
Peculiar y casi tiránico en su comer, le
gustaba hacerlo solo , y en la mesa debía haber presentados una gran variedad de platos para así ir eligiendo sobre la marcha: "este sí, este no".
Y también era desconcertante hasta decir basta, pues se cuenta que en una ocasión se quejó a su cocinero preguntándole por qué él nunca comía crépinettes de cerdo.
El cocinero argumentó que era un plato poco fino , a lo que Napoleón enfurecido replicó: "¡Qué me importa! Quiero crépinettes de cerdo" .
Las tuvo, claro , pero cuando pasado algo de tiempo, volvieron a repetir el plato: ¡Mon dieu! casi casi rodaron cabezas . A Napoleón :"no le gustaba la comida de cocina de palafreneros".
Pá´habernos matau...
Por lo visto lo que sí le encantaban eran las patatas y el pollo (y de hecho gracias a sus campañas militares las patatas se introdujeron por la puerta grande en España; pero eso es otra historia...) ; así como las lentejas, las judías y las pastas . Sus platos preferidos eran el Ragú de cordero y la Morcilla a la Richelieu (con compota de manzanas) . Y su vino preferido un Borgoña de primera ... ¡mezclado con agua!
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(((¡¡¡Sacrilegioooooooooo!)))
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( ...y porque no había casera, que si no ...)
La batalla de Marengo
Pero si hay algo que une impepinablemente a Napoleón con la cocina es el famoso Pollo Marengo . Aunque los datos son contradictorios y no se está seguro de su fiabilidad.
Resulta que por lo visto andaban de batalla el 14 de junio de 1800, austriacos y franceses en los alrededores de Marengo (Piamonte italiano), cuando les dieron las tantas de la tarde , apuntico de vencer y todavía sin comer . El general Desaix propuso a Napoleón continuar batallando , pero aquel ni corto ni perezoso le soltó un : "Allá usted, yo, por mi parte, me voy a comer".
Y héte aquí a un cocinero, de nombre Dunand , corriendo que se las pelaba para darle de comer al jefe en una "cocina" de campaña a la que no había llegado el tren de suministros y en la que no quedaba ya casi ni el perolo .
No le quedó más remedio que enviar a varios soldados a buscar por los alrededores cualquier clase de alimento pues estaban a punto de celebrar el canto de victoria entre filas ... así que estos ,muy obedientes, regresaron con pollos, ajos, tomates, cebollas, aceite, y huevos , a los que un sagaz Dunand agregaba coñac rebajado con agua.
Se dice que un nuevo plato nacía aquella misma tarde con la maestría de la improvisación para celebrar tan fausto acontecimiento (El de la batalla, no el de encontrar los pollos y los ajos.., se entiende)
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En esta ocasión Napoleón se bajó del caballo para celebrarlo; ¡ todo un detalle!, ya que lo normal -entre batallas- era verle montando y comiendo al mismo tiempo .Poco menos que -a nuestro amigo "Napo"- se le podría considerar el "mister bocata" del momento, pero en fin, esta vez tocó un ratico de asueto para su pobre cocinero que andaba siempre de cabeza adivinando cómo hacer para darle gusto...
Forofo de la mortadela y del jamón -que a menudo tomaba entre trozos de hogaza de pan-,Napoleón era un auténtico fan de todos los derivados del cerdo, así que imagino que se lo pasaría pipa dándole al bocata.
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Pero el tema de la entrada de hoy es mucho más complejo que todo eso , pues fue gracias al ejército napoleónico -el primero en consumir conservas en el frente- que el uso de la lata se revelara al mundo como algo páctico y muy eficaz.
El invento no era suyo, claro, de Napoleón, me refiero. Pero sí que fue parte fundamental de él y su recompensa.
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Imagen: Sandra Hansen
Sí, lo has leído bien, fue gracias a una recompensa de 12.000 francos ofrecida por Napoleón a aquel que inventase un método que mantuviera los alimentos en perfecto estado durante mucho tiempo que Nicholas Appert se pusiera las pilas y diera con la solución. Y es que no quedaba otra , la tremenda tremenda hambruna por la que el ejército napoleónico estaba pasando en su campaña en Rusia no se podía soportar más; no les llegaban los víveres , y cuando lo hacían estaba todo echado a perder .
Appert fue el inventor de la conserva gracias al calor (en recipientes de
cristal herméticamente cerrados) , y fue precisamente durante la campaña de Rusia que el cristal fuese sustituido por latas para facilitar así su transporte de forma más eficaz.
Sin embargo,¡curioso!, lo que no se inventó fue el abrelatas, por lo que los pobres soldados hasta para poder comer tenían que andar a bayonetazo limpio, a pedradas o con la navaja, el que fuera más mañoso. Pero avispados los hay siempre en todas partes. Y aunque Appert fue el inventor , se ve que con la recompensa de los docemil se quedó tan contento que olvidó registrarlo como patente, y héte aquí que llegó Peter Durand y fue el primero en presentarla como : "una patente que permitía preservar alimentos en vasos de cristal, cerámica, hojalata u otros metales ó materiales apropiados”.
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¡Toma ya!
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(Dicho vaso de hojalata consistía en un cilindro cerrado por ambos extremos, hecho de acero recubierto de estaño (hojalata) cuyas piezas estaban unidas por soldadura. Ligereza, irompibilidad, conductibilidad del calor, resistencia a la corrosión frente a otros metales).
¡Para qué quieres más!
El chisme y su eficacia se "vendían" solos . De ahí a hacerlos circular por el mundo sólo habia un paso .
Appert murió sin disfrutar de la grandeza de su descubrimiento, ni de sus beneficios, claro. Siempre pasa igual...
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Pero la historia pone a cada uno en su lugar.
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Por eso hoy , aquí, es de ley hacer un justo homenaje a aquel hombre , su verdadero inventor, que tanto nos ha facilitado las cosas a nosotros, los de la llamada edad moderna.
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imagen:Dick Williams
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