La mariposa de hojalata
El favoritismo en que mi tío tenía a mi hermano menor era una debilidad.
Cuando en el parque de Minnehaha, lugar favorito de mi tío, nos dejaban jugar a los cuatro huérfanos en los trapecios, y ver como los restantes niños montaban en pony o viajaban en el trenecillo de recreo, mi tío siempre compraba una caja de galletas, para él, mientras nosotros contemplábamos cómo se las comía , y cómo al final , urgaba en el fondo para encontrar el regalo, rito que mis hermanos y yo envidiábamos profundamente, porque, pese a que a veces nos daban palomitas de maiz en casa ( a mi tío le gustaba hacer palomitas), e incluso una o dos veces, bolas de palomitas de maiz con melaza, apenas habíamos probado aquellas galletas de venta en las tiendas, con nueces, manjar que nos parecía todavía más deseable por el hecho de que a mi tío le gustara, y a veces, el tío llegaba a casa comiéndose una caja de estas galletas, que había comprado en el campo de base-ball .
Pero un domingo, mi tío , pletórico de humor veraniego, regaló a mi hermano Sheridan una caja entera de galletas para él solito. Como es natural todos le contemplamos con envidia.
Mientras el afortunado masticaba las densas galletas, del fondo de la caja extrajo una mariposa de hojalata pintada, con un alfiler. Mis hermanos le rodearon lanzando gritos de entusiasmo, pero mi orgullo me impidió dar rienda suelta a mis sentimientos. Sheridan tenía seis años, y esta mariposa pasó a ser inmediatamente su más amada posesión ; en realidad una de sus poquísimas posesiones. Durante la semana siguiente no abandonó la mariposa en momento alguno, llevándola, ya en la mano, ya prendida a la camisa, mientras mis otros hermanos le seguían constantemente, suplicándole que les dejara jugar con la mariposa.
Mi tío lo pasaba en grande con la actuación de mis hermanos y hacía todo lo preciso para que Sheridan defendiera sus derechos sobre la mariposa y no permitiera que nadie la tocara siquiera.
Lo importante , con respecto a esta mariposa de hojalata pintada, no era su valor intrínseco, sino el hecho de que era el único juguete ,en toda la casa , que no había sido socializado, y valga la expresión, sino que pertenecía a un individuo, a título privado. Nuestros restantes juguetes -un trapecio roto, un carro viejo, un sucio cajón de arena, unos cuantos maltratados bloques de madera, unos retorcidos raíles de ferrocarril, todo abandonado en la buhardilla- pertenecían a la comunidad al igual que la cuerda de saltar, las escasas canicas y el par de patines de ruedas.
En consecuencia, esta mariposa provocó apasionadas emociones durante una semana entera, pasiones en las que tozudamente no participé, negándome incluso a reconocer la existencia de la mariposa, hasta que una tarde, alrededor de las cuatro, mientras me dedicaba a la semanal tarea de quitar el polvo a los muebles, mi tía Mary, entró presurosa en el cuarto, cerró la puerta y me preguntó si había visto la mariposa de Sheridan. El tema me tenía tan asqueada que dije secamente que no y seguí quitando el polvo. Registramos toda la casa, levantando alfombras, mirando detrás de las cortinas, examinando las alacenas de la cocina, entrando en todas las estancias . No se porqué , no esperaba encontrar la mariposa, y no me equivoqué.
"El tío piensa que tú la cogiste, y tendrá que castigarte..." me dijo en un ronco susurro; en el tono de un espía . La conciencia de mi inocencia me llenó de ímpetu ; "Pues yo no la he cogido", proclamé ,"Y no puede castigarme si yo no la he cogido"...
Al bajar a cenar, todos se mostraron un poco inhibidos . Mis hermanos guardaban silencio y me lanzaban disimuladas miradas. Al parecer, se preguntaban cómo me las había arreglado para evitar la monumental paliza que me correspondía .
"El tío piensa que tú la cogiste, y tendrá que castigarte..." me dijo en un ronco susurro; en el tono de un espía . La conciencia de mi inocencia me llenó de ímpetu ; "Pues yo no la he cogido", proclamé ,"Y no puede castigarme si yo no la he cogido"...
Al bajar a cenar, todos se mostraron un poco inhibidos . Mis hermanos guardaban silencio y me lanzaban disimuladas miradas. Al parecer, se preguntaban cómo me las había arreglado para evitar la monumental paliza que me correspondía .
Terminada la cena, yo ayudé a quitar la mesa . Al alzar el mantel y la manta encontramos la mariposa. La encontramos prendida a la manta, exactamente en el lugar en que yo me sentaba. Entonces mi destino quedó sellado, pese a que todavía lo ignoraba. No comprendí el alcance de que la mariposa hubiera sido hallada en mi sitio .
Mary McCarthy
Memorias de una joven católica
9 comentarios:
Un espacio delicioso. Letras para paladares exquisitos.
Enhorabuena. Saludos.
La historia, deja claro, con dureza, la necesidad que tenemos todos de poseer algo sólo nuestro, sin tener que compartir.
Ya se sabe como somos los humanos, posesivos por naturaleza...
El orgullo, en este caso, le jugo una mala pasada...
Me gusta como escribe McCrthy, all final voy a leerme el libro...
Besazos
Si viviéramos con la esperanza de que algo que teníamos se ha extraviado y que algún día aparecerá y lo encontraremos, nuentro ánimo soportaría mejor la pérdida.
Buen relato que nos has ofrecido, Femmmmmmmmme, pero a mí no me extraña que desapareciera la mariposa, pues Sheridan se come todas las galletas sin ofrecer ninguna a sus hermanos.
Y la mariposa "voló" hacia la niña para sentirse acompañada y protegida, pues su hermano ya no le hacía caso.
Un beso, Femme.
Muchísiamas gracias, J Antonio, me alegra mucho que te haya gustado.
UN SALUDO
*************
¿El orgullo, pluvisca? NO NO, hay algo que se te escapó del texto, creo...
No es el orgullo de ella, sino el sadismo y absoluto "malaje" DEL TÍO que no sólo roba de nuevo la mariposa ( quitándosela también al niño, PORQUE SIEMPRE HA CONSIDERADO QUE ERA SUYA . Si te fijas en el texto ella dice en la segunda frase :" mi tío siempre compraba una caja de galletas, PARA EL , mientras nosotros contemplábamos cómo se las comía , y cómo al final , urgaba en el fondo para encontrar el regalo"), sino que aún encima finge y hace creer al resto que ha sido otra persona (la autora) quien lo ha hecho.
No sólo no ha sido el orgullo de ella, Pluvisca, sino que es la total canallada de un tío que quiere castigarla a toda costa y GENERA a propósito la situación con total premeditación.
Un abrazo ^_^
**********
Buena versión la tuya, Fande, pero me temo que se aleja radicalmente de la realidad.
La mariposa ES COMPRADA, Y POSTERIORMENTE ROBADA con total premeditación por parte del "maestro de títeres" que es EL TÍO.
El tío siempre ha comprado las cajas de galletas para él mismo, INCLUÍDA LA VEZ en la que aparenta regalársela a Sheridan.
Vaya, me temo que esta vez el relato no se está comprendiendo tal y como ha sido escrito. Quizás lo entendais mejor si leeis este otro pasaje ( del mismo libro) en el que se habla del famoso tío...
http://pongameuncafe.blogspot.com/2008/12/imagen-carl-larsson-el-hombre-al-que.html
Besos, fande, debíamos estar respondiendo a la vez , no había visto tu respuesta ^_^
Muy bien escrito de nuevo, Femme. Definitivamente has despertado mi interés por esta escritora. Y me deja intrigada la última frase: "No comprendí el alcance de que la mariposa hubiera sido hallada en mi sitio." Algo maquinaba el tío, ¿no?
Besos
femme, tal vez al no leer el ibro se me escapa, en eso estoy contigo.
Ciertamente quise hacer un poco de abogado del diablo, pero está claro que hay un componente fuerte de maldad en el tio y yo diría que con alevosia, no sé si con nocturnidad pero si muy sibilino.
Lo que te decia, tendré que lee el libro
Un abrazo
Me gusta el fragmento Femme, dan ganas de seguir leyendo...y también gracias a las respuestas se entiende un poco mejor.
Mientras lo iba leyendo un poquito de resquemor hacia el tío ya me ha entrado, porque es injusto,tanto para el niño agraciado, como para el resto...
Ahora, es más "borde" de lo que pensaba.
Me voy a pasr por el pasaje que citas para leer más...
De todas formas...debía ser bonita la mariposa de hojalata...
Un besico, muy gordo..
Estupendo!, ya te dije que creo que sería alguien que te gustaría. Ahora están reeditando algunas cositas y en bolsillo, creo que la autobiografía aún no, pero la verdad es que no lo sé a ciencia cierta.
Algo maquinaba, ya lo creo. Un sádico en potencia.
Besos ^_^
*********
Cierto, pluvisca, además el texto, por cómo está escrito luego me dí cuenta de que si no lees ( como en el libro) el pasaje previo ( que es el del otro link) se presta a confusión a no ser que estés muy atenta..
Sí, había unas ganas tremendas de castigar al débil que no puede ni tiene quien le defienda. Es el caso claro de un cobarde. Alevosía, nocturnidad y casi casi todo lo que quieras imaginar ...
Un besote!
*******
Jjajaja, te ha entrao repelús ,no ,Coli?, jajja, no es para menos. La verdad es que una infancia un tanto peliaguda sí que debió de ser.
Síiiiiiiiiiiiiiiiii, a mí también me parece que debía resultarles fascinante en aquella época.. Cuando lo leí me lo pareció, y la verdad es que a mí me hubiera encantado abrir una lata de galletas y encontrarme una, con lo que me gustan además; de todo tipo.
Un besico super gordo
***********
Sí, exacto Kami, es "su poder" y lo emplea para castigar con él. La verdad es que visto con la perspectiva de hoy se podría decir que era un maltratador sádico en toda regla.
Jajjaja muy bueno lo del mordisco!!!!!!!!!!!!!!!!!!, jaajajjaja
esa es mi ratonci!!!!
Mil besos
Publicar un comentario